El arte de chingar a los demás 2

Al pueblo pan y circo, pero al pueblo de Tepic nos ha tocado pura balacera y verga por parte del imperio local hasta que empezó la feria y ora si trajeron lo mas barato y a la ves impresionante que pudieran encontrar, ora si mínimo circo. Pero no vengo a quejarme de lo eternamente quejable y tampoco estoy dispuesto a aceptarlo, es solo que por el momento me parece inútil salir a las calles gritando que iniciemos una insurrección armada y que linchemos tanto judiciales como narcos. Seria bonito y la verdad en Francia sirvió pero aquí en México nos hemos vuelto bien culos y le tenemos miedo a los plomazos dentro de la piel (si seremos collones).

Bueno, para retomar el tema les diré que termine yendo a la feria al concierto de Aterciopelados, un grupo bastante decente y muy consentido de mi parte. Amigos, familia y un concierto gratis bastante decente, nada malo podría suceder y realmente nada malo paso, no hubo gente pisoteada y balas perdidas, tampoco pleitos o sucesos vergonzosos que hicieran que la banda no deseara jamás volver a pisar tierra nayarita. A pesar que mi hermano mayor, mi hermana menor y unos primos fueron, yo me pase todo el concierto sentandote en las gradas con mis dos amigos Leo y “El Vale” (no cualquier vale, “EL” Vale). Lo malo fue que atrás de nosotros estaba sentada una pareja heterosexual (hoy día es necesario especificar ya que se ha vuelto muy común encontrar parejas del mismo sexo o en la que uno de los dos es un objeto inanimado) y parecía que el chico solo fue porque a su novia le gusta el grupo, el tipo no dejaba de hacer referencia a lo hipis y drogadictos que se veían el grupo (cuando lo hacen adrede no es gracioso burlarse de ello) y yo se los juro, nada me costaba ignorarlo pero el solo pensar que estaba un tipo burlándose de uno de los pocos grupos respetables que el gobierno se molesto en traer y que se encontraba justamente sentado atrás de nosotros me izo pensar en lo que se suele llamar “el plan divino” que es la justificación a las cosas que Dios debería hacer pero que le deja todo al poder de la infalible coincidencia. ¿Será que un dios allá arriba me dio esta insoportable sensación de tengo que cambiarle el color del rostro a bofetadas es parte de un plan divino que dicho dios me otorgo para no tener que encargarse de esa gente molesta que habla de más en eventos, conciertos y en el cine? Quien sabe pero de Dios solo he aprendido 2 cosas: el ojo por familia y a justificarse en un plan divino.

Cuando el grupo se estaba presentando no recuerdo bien que pendejadas escupió ese tipo pero fue el detonante, me paré y le dije –ira, ya me tienes harto con tus pendejadas, hazme el favor de sentarte en otro lugar- a esto el solo se rió y me dijo que me fuera yo mientras otros tres tipos que parecían haber ido con el se asomaban para ver que sucedía, entonces puse mi cara de Clint Eastwood sermoneando jovencitos y le dije –yo vine a ver el concierto, no sé que chingados vienes a hacer tu- a esto comenzaban a levantarse sus compinches pero a lo mismo se voltearon mis brothers que también querían ver que show con el asunto y fue ahí que se dieron cuenta que si entrabamos en pleito la ventaja que les daría la victoria seria una de 4 a 1, siendo 4 alfeñiques contra 3 hombres legionarios no los dejaba con ganas ni de mencionar a nuestras progenitoras, al fin que el chico llevaba a su novia y hay que reconocerle que intentaba verse maduro al asunto me dijo que no quería tener problemas y otras mensadas que dicen los fantoches que se ven en una situación desventajosa. Al final todo quedo ahí porque tenia muchas ganas de seguir disfrutando el concierto y no quería que por mi temperamento se involucraran en pleito mis amigos que de por si no salen muy a menudo.

La moraleja de la historia es que si no van a disfrutar algo no lo hagan, que no les de miedo dejar que sus parejas vallan sin ustedes a un lugar que les caga la madre y tener el infortunio de encontrar el karma hecho puño sentado enfrente de ustedes.